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martes, 18 de septiembre de 2012


“James Bond es el tipo de hombre que me hubiera gustado ser”
Ken Follet vuelve con El invierno del mundo (Plaza&Janés)
Es británico, sonrosado y amante de los coches veloces. También es uno de los escritores que más fácilmente se instala en las listas de los más vendidos. Fue el primero en dar protagonismo a las mujeres en las tramas de los “thrillers” (novela negra), hasta entonces relegadas a meras comparsas.
Entrevista de Miss K. a Ken Follet
Vuelve este otoño para contarnos aquel terrible invierno de 1933. El invierno del mundo (Plaza&Janés) es continuación de su anterior éxito, La caída de los gigantes (Plaza&Janes)donde sus cinco familias protagonistas de nuevo sufren los avatares de una Europa en guerra y convulsionada por el enfrentamiento político e ideológico. La Segunda Guerra Mundial es ya un asunto clásico en la narrativa del galés (Cardiff, 1949). Esta entrevista data de hace casi 10 años, cuando el escritor abordaba el mismo período bélico enVuelo final (Bestseller (debolsillo)): la convulsión sociopolítica no ha hecho sino agudizarse, sumada a la crisis financiera o el fin de una era preinformática. En ella nos adelantaba en primicia que la secuela del bestseller Los pilares de la Tierra (Navidad 2008 (debolsillo)) tendría la catedral de Victoria como escenario y argumento: tal y como luego escribió en Un mundo sin fin (Plaza & Janes).

 Miss K. pregunta.- Señor Follet, Vuelo final es su quinta novela sobre el escenario de la II Guerra Mundial, ¿sigue siendo para usted el gran drama de la Historia de la Humanidad?
Mr Ken Follet responde.- Sí, es la mayor guerra que hemos padecido, donde más gente luchó y murió, y además es una batalla entre el bien y el mal, y eso es lo que la convierte en un magnífico drama. La gente todavía tiene interés por las historias que se cuentan en torno a esta guerra, así que yo seguiré contando.P. Algunos analistas advierten que la situación actual podría desembocar en un tercer conflicto mundial, ¿lo cree probable?R. No. Supongo que sería posible, pero espero que no: no podemos estar tan locos.P. Su mujer es miembro del Parlamento británico y usted mismo también está activamente involucrado en política, ¿en contra o a favor de la participación de Inglaterra en la invasión de Irak?R. No estoy firmemente en contra de la guerra, creo que fue una decisión muy difícil, pero al mismo tiempo habría preferido que la guerra hubiera sido una decisión de Naciones Unidas.P. Entiendo entonces que, protocolos al margen, sí está de acuerdo en la decisión de atacar Irak, ¿no es así?R. No, si yo tuviera que tomar la decisión, si fuera primer ministro, no atacaría de la manera en que se ha hecho, pero tampoco me alineo con esos que opinan que la guerra es obviamente un error diabólico. Creo que hay que buscar un equilibrio. No creo que haya que satanizar a Tony Blair, él ha actuado según su juicio, aunque a mí no me gusta la alianza con todos los conservadores. George Bush es desquiciadamente conservador, y nosotros somos un partido socialista aliado con los conservadores: me resulta incómodo.P. ¿Usted se cree lo de la guerra contra el terrorismo o ha sido de nuevo un conflicto de interés económico?R. No creo que haya sido una guerra económica. Existe el factor, obviamente: Irak posee grandes reservas petrolíferas. Sin embargo, tampoco doy crédito a esa gente que dice que esta guerra es una cuestión de petróleo y nada más. Sadam Husein era muy peligroso para su propia gente y para el resto del mundo, antes o después tendríamos que haberle declarado la guerra. Cuando la gente lo comparaba con Hitler me parecía que, en cierta forma, tenía razón: Hitler mató a los alemanes de la etnia judía y Sadam mató a los iraquíes kurdos.P. ¿Y por qué ahora?R. Imagino que por el auge del terrorismo islámico. Yo no creo que Sadam Husein tuviera nada que ver con el ataque a las Torres Gemelas, no creo en esa conexión con Al Qaeda. De hecho, Al Qaeda es un grupo islámico fundamentalista y Sadam era un líder pagano. Sólo aquellos que piensan que todos los árabes son iguales pueden mantener esta hipótesis. Esta no ha sido una guerra contra el terrorismo en este sentido, sino contra un régimen peligroso para el orden mundial.P. O sea, que usted, que tanto ha escrito sobre estos asuntos, da crédito a las alarmas sobre el supuesto armamento químico de Bagdad.R. Bueno, todo son suposiciones. Mi tesis es que Irak tuvo en su día armas químicas, pero este tipo de armamento caduca, se deteriora, entonces quién sabe lo que había ahora. Es difícil saberlo, pero no deja de ser un peligro que debe preocuparnos. Estoy seguro de que Estados Unidos tiene armamento químico, y eso supone un peligro también.
El invierno del mundo Ken Follet

P. ¿Qué opinión le merece la dimisión de los parlamentarios laboristas aduciendo que fue Gran Bretaña quien, en su día, vendió estos armamentos a Irak?R. La locura o la paradoja es que la mayoría de los países ha vendido armas a regímenes de todo tipo a lo largo del planeta. Esto ya viene de antes, ¿quién armó a Irak para la guerra del Golfo? Nosotros mismos, y sí, yo me adhiero profundamente a la protesta de los laboristas, pero qué podemos hacer a día de hoy. Yo propongo que la ONU supervise las ventas de armamento en todo el mundo, aunque tal vez eso sea sólo un sueño.P. ¿Escribiría una novela sobre este conflicto mundial así llamado “contra el terrorismo”? Parece que encaja con su temática habitual.R. No creo que fuera capaz, porque es demasiado real. Mira, ni tú ni yo habíamos nacido cuando sucedió la II Guerra Mundial, es casi ficción para nosotros, por tanto tiene capacidad de emocionarnos, de entretenernos. Pero esto es demasiado real y cercano, no puede ser material de entretenimiento, porque es horrible y asusta. Es un buen material de novela, sí, y tal vez sea capaz de abordarlo, pero cuando pasen 100 años.P. Ya hizo algo similar cuando relató la liberación de los empleados del norteamericano Ross Perot a manos de la revolución iraní en Las alas del águila.R. Sí, pero los sucesos eran del pasado. La revolución iraní sucedió en 1979 y el libro se publicó en el 93: no creo que entonces mis lectores se sintieran amenazados por Irán, y ése es el punto capital.P. Sabido es que ya está planeando escribir una continuación de Los pilares de la tierra, ¿intenta volver a repetir el éxito?R. Sí (convencido), lo hago en primer lugar porque mucha gente me lo ha pedido. Es mi libro de mayor éxito, es de lo que la gente me habla en los actos públicos. Pretendo repetir el éxito, lo cual es bien difícil porque los personajes, al final del libro, son muy viejos o están muertos, así que no puedo hacer una segunda parte con ellos. No estoy seguro de cómo voy a resolverlo, pero será una continuación.P. ¿La está escribiendo ya?R. Estoy trabajándola pero sólo mentalmente, antes sacaré otro libro con el que estoy ahora. La escribiré dentro de un año y me llevará unos tres, porque tiene que ser una historia tan larga como la anterior.P. ¿Tendrá la catedral de Vitoria como probable escenario?R. Puede ser. Es un proyecto muy interesante la reconstrucción de la catedral de Vitoria.P. Como la mayoría de sus novelas, la última, Vuelo final (Bestseller (debolsillo)) está basada en una historia real, ¿cómo y qué es lo que supo en primera instancia de este suceso?R. Estaba leyendo un libro donde se mencionaba la historia de un piloto danés que voló desde su país hasta Inglaterra en un pequeño Hornet. Ese día almorcé con mi editora en Nueva York y le conté la historia, ella me dijo: ese es tu próximo libro. Cuando uno busca una idea lo que quiere es encontrar algo que dé lugar a 50, 100 escenas de drama, de tensión. Y esta pequeña idea tenía ese potencial.P. ¿Hermia Mount, la protagonista, es real?R. No, es una invención total.P. ¿Por qué emplea héroes femeninos? ¿simplemente para introducir sexo y romance, ingrediente esencial en un bestseller?R. No, no realmente. Eso era lo que sucedía en los thrillers tradicionales: había romance pero la mujer no era importante para la historia, lo máximo que hacía era meterse en problemas para ser rescatada, pero la historia era de los hombres. Lo que yo hago es distinto, en El ojo de la aguja, mi primera novela de éxito, decidí introducir un héroe femenino. Primero, porque, a nivel literario, era una novedad interesante: una espía femenina, joven, con hijos; comercialmente, acercaría a las mujeres al thriller, un género fundamentalmente masculino.P. ¿Es pura literatura o también en la vida real le da a las mujeres los papeles capitales?R. Es real. De hecho muchos de mis libros están basados en hechos muy reales, como el de las 50 agentes secretas francesas durante la II Guerra Mundial. No es sólo fantasía, las mujeres pueden ser muy ambiciosas.P. Quiero decir si en su vida real está usted por la igualdad de sexos.R. Yo espero que sí, pero eso deberían responderlo ellas. Bueno, mi mujer es parlamentaria y yo la considero una igual.P. Míster Follet, ¿sigue aprendiendo todo de los libros, hasta a ligar?R. (Se ríe). Por supuesto, aunque también es algo que se puede aprender con la práctica.P. Uno de sus personajes favoritos en estas lides es James Bond, ¿se comportaba como él?R. No, nunca fui lo suficientemente alto, ni rubio, ni tuve los ojos azules (se ríe). ¿Sabe una cosa? la actitud de James Bond con las mujeres es promiscua, pero a la vez es muy tierna, no es abusiva. Crecí en los años 60 y entonces todas las normas decían que no era lícito tener sexo antes del matrimonio, sin embargo, nadie creía en ello, entonces él era un modelo, porque no seguía las normas. Por otro lado era un tipo admirable, seductor, ambicioso y tierno, esa combinación me parecía lo mejor.P. Así que lo imitaba.R. Bueno, nunca fui lo suficientemente estúpido para creerme que podía ser como él, pero sí, me gustaba ese espíritu amante de los coches, las armas, las mujeres… Es el tipo de hombre que me hubiera gustado ser (risas).P. ¿Sigue siendo en cierto modo un niño, como le ocurre a la gran mayoría de los hombres?R. Eso es bastante cierto, pero lo único que yo conservo del niño que fui es que tengo un coche muy rápido (ríe con malicia).P. Los cuentos que le contaba su madre y las bibliotecas públicas, ¿son esos los recuerdos que enmarcan su infancia?R. Sí, es cierto.P. Creció usted en una familia muy religiosa y sin embargo se declara ateo.R. Mis padres eran cristianos fundamentalistas, creían que el mundo fue creado en siete días. Yo reaccioné en contra de ello.P. ¿Ateo convencido?R. Sí, aunque me gusta visitar las iglesias, y cantar, y contemplar su arquitectura y disfrutar de su silencio, son lugares que transmiten paz. Pero no comparto en absoluto su credo.P. ¿No necesita creer?R. No, no siento que lo necesite.P. Míster Follet, ¿a qué edad supo que quería ser escritor?R. Debí saberlo desde muy joven, porque es la única cosa en la que fui bueno siempre, pero no era consciente. Recuerdo que con nueve años me llamaron al despacho del director porque había escrito una historia y los profesores estaban seguros de que la había copiado, era sobre un accidente aéreo. Luego acabé siendo periodista, un oficio que se parece bastante al del escritor, pero no me hacía feliz.P. ¿Empezó a escribir por dinero?R. Cuando tenía 21 años escribí un par de pequeñas historias que nunca se publicaron, luego, con 24, escribí una novela, que se publicó sin mucho éxito. Logré resistir hasta que llegó El ojo de la aguja (su undécima novela) y con ella, el éxito.p. Dice que su decisión de estudiar Filosofía fue fundamental para luego escribir ficción, ¿qué conexión encuentra entre ambas materias?R. Tienen una cosa en común: cuando estudias Filosofía te haces preguntas del tipo, ¿esta mesa es real o es una ilusión?, y eso es profundamente imaginativo. La gente razonable dirá, qué estupidez, claro que es real, por qué lo preguntas. Y esa es la conexión entre filosofía y ficción: para ambas cosas se necesita ser imaginativo. Si uno no se hace ese tipo de preguntas jamás podrá escribir una historia ficticia.p. ¿Aún escribe para pagar su renta?R. No, supongo que si quisiera dejarlo podría, pero realmente me divierte lo que hago y seguiría haciéndolo aunque no me diera tanto dinero.

FUENTE: kebooks

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