Aun así, acepté la propuesta de la editorial y recibí el libro en casa el pasado día 11. No pude resistirme a la sinopsis: “En un caluroso día de verano, Amy y Nick se disponen a celebrar su quinto aniversario de bodas en North Carthage, Missouri. Como todos los años, Amy ha escondido sus regalos y ha colocado la primera pista en el dormitorio para que Nick la encuentre. Nick, por su lado, espera hasta el último minuto para comprarle el regalo a Amy. En esta ocasión, sin embargo, no hará falta regalo, porque Amy desaparece esa misma mañana sin dejar rastro. Inevitablemente las sospechas recaen sobre Nick: después de todo, todo el mundo sabe que en el setenta por ciento de los casos el asesino es el marido”.
El libro está dividido en tres partes: Chico pierde chica, Chico conoce chica y Chico recupera chica (o viceversa). En todas ellas los capítulos se van alternando, unos están narrados desde el punto de vista de Nick y otros desde el de Amy, lo que hace que la lectura sea muy ágil y nos atrape desde el comienzo y hasta el final. Conforme más leemos, más queremos saber para poder completar el puzzle que forman la vida y la relación de Nick y Amy.
Así, poco a poco, descubriremos cómo se conocieron cuando los dos vivían y trabajaban en Nueva York y cómo surgió su relación. Nick trabajaba de periodista en una revista y Amy escribía test en otra revista. Los dos eran jóvenes, treinteañeros, modernos y, por encima de todo, neoyorkinos. Pero todo eso cambió cuando ambos se quedaron en paro y la situación familiar de Nick les obligó a volver a Missouri.
Nick Dunne estaba muy unido a su madre, que siempre le había mimado, cuidado y protegido en exceso, lo que le convirtió en un adulto enmadrado, un niño de mamá a sus casi 40 años. También está muy unido a su hermana melliza, Go, con quien ha abierto un bar. Sin embargo, la relación con su padre, que sufre demencia senil y vive en una residencia de ancianos es otra historia totalmente distinta.
Por su parte, Amy es hija única. Sus padres, Marybeth y Rand Elliott, son dos escritores famosos y ricos gracias a los libros de la Asombrosa Amy, una serie que prácticamente todos los niños y adolescentes de Estados Unidos han leído y que está basada en la vida de su hija Amy o quizá sería mejor decir que es la forma que tienen sus padres de decirle sutilmente a Amy cómo quieren que sea su vida.
Poco a poco, en la primera parte del libro conocemos a Nick, quien nos habla de su presente y de su pasado desde el día de la desaparición de Amy hasta una semana después. Así sabemos cómo se siente, qué piensa y cómo está viviendo todos los acontecimientos. Mientras que a Amy la conocemos gracias a las entradas que escribió en su diario desde enero de 2005 hasta junio de 2012. En la segunda parte del libro Amy nos habla del día de su desaparición y de los posteriores, al igual que Nick, hasta cuarenta días después de la desaparición.
Especialmente en la primera parte tenía la sensación de no estar leyendo nada nuevo y de estar viendo un capítulo de CSI o de Mentes criminales. Un típico caso de desaparición, en el que tanto la policía como la familia y, sobre todo, los amigos, los vecinos y los medios de comunicación acusan al marido, que se convierte en el principal y casi único sospechoso. Una desaparición en toda regla, con investigación policial, interrogatorios, búsqueda de abogado, voluntarios y colaboración pública y, cómo no, un juicio mediático.
Sin embargo, la segunda y, especialmente, la tercera parte del libro me han demostrado que estaba muy equivocada. Esta historia no es para nada como un capítulo de estas series de televisión. Conforme avanzamos en la lectura y pasamos las páginas nos damos cuenta de que esta historia es especial, distinta, original, diferente.
¿Quién y cómo es realmente Nick Dunne? ¿Quién y cómo es en realidad Amy Elliott? ¿Hasta qué punto nos mostramos tal y como somos ante nuestra pareja, nuestra familia o nuestros amigos, vecinos o conocidos? Perdida es una historia que nos habla de cosas cotidianas y familiares que todos hemos vivido y conocemos, la relación de una pareja joven, pero Gillian Flynn lo hace con un estilo que es capaz de hacernos ver de una forma totalmente distinta y nueva lo que siempre habíamos visto o esos detalles tan decisivos e importantes y que sin embargo siempre pasan desapercibidos.
La novela, un thriller psicológico absorbente, adictivo y turbulento lo tiene todo. Unos personajes bien construidos que no dejan de sorprendernos. Una trama ágil, con un ritmo trepidante, llena de sobresaltos que nos hará sentirnos durante la lectura como en una montaña rusa. Tiene unos diálogos llenos de humor, ironía, cinismo y, por encima de todo, ingenio, mucho ingenio. Pero es un ingenio peculiar, peligroso, agudo y afilado como un cuchillo o una navaja.
En definitiva, una novela que hará las delicias de los amantes de este género y que sorprenderá muy gratamente a quienes no solemos leer thrillers. Una novela que nos hace plantearnos que nada ni nadie es realmente como pensamos y que nada es lo que parece. Una novela que nos habla también de amor, pero como un arma de doble filo, porque el matrimonio también puede ser una trampa muy peligrosa.
Creo que es una novela que no dejará indiferente a ningún lector. A mí, tengo que reconocerlo, me ha desconcertado muchísimo, la autora tiene la capacidad de jugar no solo con los personajes, sino también con los lectores, no sabemos qué nos vamos a encontrar en la siguiente página ni qué pensar de los distintos protagonistas hasta que no llegamos a descubrirlos completamente. Nos provocan, nos sorprenden, nos desconciertan.
La tensión, los giros argumentales, la intriga, el ritmo, la incertidumbre, el estilo. Me ha gustado absolutamente todo de esta historia que he devorado en muy pocos días porque necesitaba saber cómo acababa. Y el final no solo no me ha decepcionado, sino que me ha sorprendido muchísimo e, incluso, me ha impactado.
Tengo que confesar que después de haber terminado la novela he pasado unos días sin poder quitármela de la cabeza. Así que lo único que me queda es animaros a leer esta gran historia y a adentraros en sus páginas. Estoy segura de que, al igual que me ha ocurrido a mí, vais a perder la cabeza por ella. Yo, al menos, me he quedado completamente perdida.
Aun así, acepté la propuesta de la editorial y recibí el libro en casa el pasado día 11. No pude resistirme a la sinopsis: “En un caluroso día de verano, Amy y Nick se disponen a celebrar su quinto aniversario de bodas en North Carthage, Missouri. Como todos los años, Amy ha escondido sus regalos y ha colocado la primera pista en el dormitorio para que Nick la encuentre. Nick, por su lado, espera hasta el último minuto para comprarle el regalo a Amy. En esta ocasión, sin embargo, no hará falta regalo, porque Amy desaparece esa misma mañana sin dejar rastro. Inevitablemente las sospechas recaen sobre Nick: después de todo, todo el mundo sabe que en el setenta por ciento de los casos el asesino es el marido”.
El libro está dividido en tres partes: Chico pierde chica, Chico conoce chica y
Chico recupera chica (o viceversa). En todas ellas los capítulos se van alternando, unos están narrados desde el punto de vista de Nick y otros desde el de Amy, lo que hace que la lectura sea muy ágil y nos atrape desde el comienzo y hasta el final. Conforme más leemos, más queremos saber para poder completar el puzzle que forman la vida y la relación de Nick y Amy.
Así, poco a poco, descubriremos cómo se conocieron cuando los dos vivían y trabajaban en Nueva York y cómo surgió su relación. Nick trabajaba de periodista en una revista y Amy escribía test en otra revista. Los dos eran jóvenes, treinteañeros, modernos y, por encima de todo, neoyorkinos. Pero todo eso cambió cuando ambos se quedaron en paro y la situación familiar de Nick les obligó a volver a Missouri.
Nick Dunne estaba muy unido a su madre, que siempre le había mimado, cuidado y protegido en exceso, lo que le convirtió en un adulto enmadrado, un niño de mamá a sus casi 40 años. También está muy unido a su hermana melliza, Go, con quien ha abierto un bar. Sin embargo, la relación con su padre, que sufre demencia senil y vive en una residencia de ancianos es otra historia totalmente distinta.
Por su parte, Amy es hija única. Sus padres, Marybeth y Rand Elliott, son dos escritores famosos y ricos gracias a los libros de la Asombrosa Amy, una serie que prácticamente todos los niños y adolescentes de Estados Unidos han leído y que está basada en la vida de su hija Amy o quizá sería mejor decir que es la forma que tienen sus padres de decirle sutilmente a Amy cómo quieren que sea su vida.
Poco a poco, en la primera parte del libro conocemos a Nick, quien nos habla de su presente y de su pasado desde el día de la desaparición de Amy hasta una semana después. Así sabemos cómo se siente, qué piensa y cómo está viviendo todos los acontecimientos. Mientras que a Amy la conocemos gracias a las entradas que escribió en su diario desde enero de 2005 hasta junio de 2012. En la segunda parte del libro Amy nos habla del día de su desaparición y de los posteriores, al igual que Nick, hasta cuarenta días después de la desaparición.
Especialmente en la primera parte tenía la sensación de no estar leyendo nada nuevo y de estar viendo un capítulo de CSI o de Mentes criminales. Un típico caso de desaparición, en el que tanto la policía como la familia y, sobre todo, los amigos, los vecinos y los medios de comunicación acusan al marido, que se convierte en el principal y casi único sospechoso. Una desaparición en toda regla, con investigación policial, interrogatorios, búsqueda de abogado, voluntarios y colaboración pública y, cómo no, un juicio mediático.
Sin embargo, la segunda y, especialmente, la tercera parte del libro me han demostrado que estaba muy equivocada. Esta historia no es para nada como un capítulo de estas series de televisión. Conforme avanzamos en la lectura y pasamos las páginas nos damos cuenta de que esta historia es especial, distinta, original, diferente.
¿Quién y cómo es realmente Nick Dunne? ¿Quién y cómo es en realidad Amy Elliott? ¿Hasta qué punto nos mostramos tal y como somos ante nuestra pareja, nuestra familia o nuestros amigos, vecinos o conocidos? Perdida es una historia que nos habla de cosas cotidianas y familiares que todos hemos vivido y conocemos, la relación de una pareja joven, pero Gillian Flynn lo hace con un estilo que es capaz de hacernos ver de una forma totalmente distinta y nueva lo que siempre habíamos visto o esos detalles tan decisivos e importantes y que sin embargo siempre pasan desapercibidos.
La novela, un thriller psicológico absorbente, adictivo y turbulento lo tiene todo. Unos personajes bien construidos que no dejan de sorprendernos. Una trama ágil, con un ritmo trepidante, llena de sobresaltos que nos hará sentirnos durante la lectura como en una montaña rusa. Tiene unos diálogos llenos de humor, ironía, cinismo y, por encima de todo, ingenio, mucho ingenio. Pero es un ingenio peculiar, peligroso, agudo y afilado como un cuchillo o una navaja.
En definitiva, una novela que hará las delicias de los amantes de este género y que sorprenderá muy gratamente a quienes no solemos leer thrillers. Una novela que nos hace plantearnos que nada ni nadie es realmente como pensamos y que nada es lo que parece. Una novela que nos habla también de amor, pero como un arma de doble filo, porque el matrimonio también puede ser una trampa muy peligrosa.
Creo que es una novela que no dejará indiferente a ningún lector. A mí, tengo que reconocerlo, me ha desconcertado muchísimo, la autora tiene la capacidad de jugar no solo con los personajes, sino también con los lectores, no sabemos qué nos vamos a encontrar en la siguiente página ni qué pensar de los distintos protagonistas hasta que no llegamos a descubrirlos completamente. Nos provocan, nos sorprenden, nos desconciertan.
La tensión, los giros argumentales, la intriga, el ritmo, la incertidumbre, el estilo. Me ha gustado absolutamente todo de esta historia que he devorado en muy pocos días porque necesitaba saber cómo acababa. Y el final no solo no me ha decepcionado, sino que me ha sorprendido muchísimo e, incluso, me ha impactado.
Tengo que confesar que después de haber terminado la novela he pasado unos días sin poder quitármela de la cabeza. Así que lo único que me queda es animaros a leer esta gran historia y a adentraros en sus páginas. Estoy segura de que, al igual que me ha ocurrido a mí, vais a perder la cabeza por ella. Yo, al menos, me he quedado completamente perdida.
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